Los videojuegos son parte de nuestras vidas, desde los más simples hasta los más complejos, los juegos sociales o los puzzles. Resulta extraño pensar que existan videojuegos que puedan tener utilidad en la investigación científica en áreas muy, digamos, áridas para el público en general.

Phylo, un videojuego para ayudar a la investigación científica
Incluso podríamos pensar en que son videojuegos aburridos o sosos, y precisamente, si pensamos eso, nos llevaremos una gran sorpresa. Algunos de ellos son de lo más adictivo una vez que entendemos las instrucciones (que no son más complejas que en cualquier otro juego), y si tenemos en cuenta que están diseñados para ayudar al progreso de la ciencia, ya tenemos la excusa perfecta para dedicarnos en cuerpo y alma al juego.
Jugando para encontrar la cura de enfermedades
La mayoría de los juegos están encaminados a, básicamente, resolver puzzles con un objetivo que puede ser desde encontrar la forma más compacta para las proteínas, y que cumplan además con ciertos criterios específicos, hasta diseñar moléculas de RNA (Ácido Ribonucleico) que pueden servir para que se desarrollen en el laboratorio.
Dos ejemplos perfectos de esto que acabamos de contar son los juegos Foldit y Eterna. En Foldit de ellos debemos compactar lo máximo posible las proteínas que se nos muestran, básicamente se trata de un puzzle en el que debemos conseguir doblar las proteínas de forma que se consigan ciertas propiedades:
En EteRNA debemos conseguir que nuestras moléculas de RNA se mantengan estables en diversas formas, siempre teniendo en cuenta que ha de haber un número determinado de cada tipo de emparejamiento. Parece complejo pero es muy adictivo, y los niveles de tutorial son muy sencillos para entender la mecánica. El objetivo es conseguir la maestría suficiente como para entrar en el modo "lab", en el que las moléculas que construyamos pueden ser probadas en el laboratorio.
Phylo es otro juego muy adictivo en el que básicamente debemos conseguir dos cosas: emparejar el mayor número de cuadros del mismo color (en columnas), y dejar el mínimo espacio horizontal entre dichas columnas. Se le coge rápido el tranquillo, y es realmente adictivo, y un puntito desesperante por su dificultad a veces.
Así que ya sabéis, si alguien os pilla jugando, aclarad bien que estáis,en realidad, trabajando para contribuir al progreso científico. Está más que justificado.

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